Historia

 
 
Indicios

La fiesta de quince años registra su origen en las celebraciones de antepasados indígenas, donde las niñas jóvenes pertenecientes a las tribus celebraban danzando y comiendo una vez que menstruaban por primera vez y así las jovencitas daban su paso de la niñez a la adultez. La etapa en la que la niña esta apta para casarse y procrear nueva vida. La celebración marca la transición de niña a mujer de la quinceañera. Sirve como un modo de reconocer que la chica en cuestión ha alcanzado la madurez. La celebración sin embargo varía mucho según los distintos países. 

 

Origen de los Quince Años

La celebración de quince años de una mujer tiene varios orígenes. La más probable es la costumbre proveniente de las grandes culturas precolombinas: aztecas y mayas de México que realizaban los ritos de pubertad para indicar la entrada a la vida adulta y la aceptación de responsabilidades de las mujeres. En estas culturas, al llegar a la fecha de quince años, las jóvenes salían de la familia a la escuela telpochcalli donde aprendían la historia y tradiciones de su cultura y se preparaban para el matrimonio. Luego, regresaban a la comunidad para celebrarles la fiesta de quinceañera. Con la conquista de los españoles los aztecas perdieron mucho de su cultura. Los españoles, que eran católicos, incluyeron en la tradición indígena la inserción de la misa. En el siglo XIX, el emperador de México, Maximiliano y su esposa, Carlota, introdujeron vals y los vestidos. Actualmente, las fiestas de quince años constituyen un gran evento religioso y social con el que se marca el paso de una muchacha joven a la adolescencia. En el día grande, la quinceañera luce un vestido muy elegante, generalmente de colores pasteles: rosa, azul claro, blanco, una corona y por primera vez se pone los zapatos de tacones que le regala el papá. También tiene el otro peinado, mucho más serio. La celebración empieza en la iglesia. La quinceañera da las gracias a Dios por las bendiciones de su niñez y pide direcciones para el futuro. Después de la misa, con los ritmos de vals inicia una fiesta grande. Luego de bailar con el papá la quinceañera baila con los quince muchachos invitados a su cumpleaños (miembros de familia, amigos, compañeros del colegio) y cada uno de ellos le regala una rosa roja. Cuando una niña llega a los 15 años, los padres le dan nuevos privilegios y responsabilidades tanto en su vida personal como social. Las festividades sociales de los quince años son por lo general caras y muchas veces no están al alcance de todas las familias. Varias de ellas, para cumplir con la costumbre y señalar de forma adecuada la transición de la hija de la casa de niña a la mujer toman un crédito o piden prestado el dinero para poder celebrar la fiesta. Sin embargo, la tradición de los quince va mucho más allá de los detalles de la fiesta, del vestido, de la corona, del vals y de los regalos. 

Celebración

En los Quince Años además de la comida, por lo general hay música y baile durante toda la noche. Los que asisten a la fiesta traen regalos para la joven, que son típicamente artículos que ella necesitará como mujer. Joyas, maquillaje y ropa es lo más común, especialmente aquellos artículos caros. Artículos religiosos, como la Biblia y el rosario también es habitual que se regalen. Tradicionalmente, los padres de la niña le darán un regalo muy importante. Durante la comida, habrá un brindis dedicado a la niña y su entrada a la madurez. En el transcurso de la noche, la chica es escoltada por los miembros de su corte, que cumplen la misma función que en una fiesta de casamiento. Estos asistentes de honor suelen ser los más cercanos amigos y familiares. El primer baile siempre es compartido por la niña y su padre.

Ceremonia

Como un país católico, El Salvador incluye típicamente una misa católica como una parte importante de la fiesta de quince años. La niña que está siendo honrada normalmente está al frente durante la ceremonia, de rodillas sobre un cojín para mostrar su devoción a su fe. Durante la ceremonia, la chica se presenta con un anillo de su padre como un símbolo de que estos aceptan su surgimiento de niña a mujer. En toda la Misa, ella está acompañada no sólo por sus padres, sino también por sus padrinos.